Descripción
La salud mental en la actualidad ocupa un lugar primario en el desarrollo de las personas, grupos y sociedades; después del impacto causado por la pandemia del COVID-19 se han visibilizado una serie de consecuencias que con el paso del tiempo han ido adquiriendo mayor fuerza y sobre todo una mayor percepción de malestar en las personas que viven sus secuelas; en este sentido no se habla de secuelas provocadas a nivel orgánico al haber vivido el proceso de enfermedad sino a la experiencia de aislamiento, las pérdidas masivas, el cambio en el ritmo de vida, educación y labores, así como el desarrollo de trastornos mentales derivados de este fenómeno en la salud global. Esta crisis sanitaria dejó al descubierto la vulnerabilidad emocional en las poblaciones y la falta de herramientas en los profesionales de la salud física y mental para brindar atención integral para restaurar el bienestar de los individuos y sociedades que se vieron afectadas.
Al mismo tiempo, los fenómenos sociales son otros de los factores que dejan en claro la fragilidad del bienestar emocional y la falta de herramientas que permitan afrontar los estresores de la vida cotidiana. Es por ello que la formación profesional y complementaria de los especialistas en salud mental adquiere nuevos retos y se posiciona como una de las áreas de la salud que requiere de mayor atención en su desarrollo e implementación, así como de la posibilidad y alcance de estos servicios en la población.




